Nuestra infancia.

Echemos un vistazo a nuestro pasado, a cuando eramos muy pequeños. Eramos inocentemente felices, sumergidos en la ignorancia de lo que de verdad es el mundo. ¿Qué era lo más importante para nosotros? Los caprichos, los amigos, la escuela...

Pero hay un detalle en el que casi todos nosotros caímos. Nuestro amigo imaginario. ¿Quién era? Era nuestro compañero, que nos protegía cuando llorábamos y nos divertía cuando estábamos aburridos. Nuestro amigo podía recoger numerosos rasgos y características complejas. Esos personajes ficticios que creabamos con nuestra imaginación que nos acompañan hasta el inicio de la adolescecia y, en extraños casos, hasta que somo adultos.Algunos lo tienen por falta de cariño, por soledad o simplemente porque nuestra imaginación lo pedía... Lo malo es que te pueden hacer antisociales y agresivos. Da igual el sexo o la edad de la persona. Todos hemos tenido una presencia imaginaria al lado de nuestra niñez. ''Aunque puedan parecerle muy reales a sus creadores, estudios han revelado que algunos niños son capaces de entender la irrealidad de sus compañeros. Así, algunos los consideran una presencia física indistinguible del resto de personas, mientras que otros dicen verlos únicamente en sus cabezas.''

Mi amigo imaginario era un niño de mi misma edad. Un vampiro. Pero no daba miedo, lo único que tenía similar era su piel blanca y colmillos. 

¿Y vosotros? ¿Tuvisteis un amigo imaginario